Oremos:
Omnipotente Dios, tu enviaste a tu hijo Jesucristo a reconciliar al mundo contigo. Te alabamos y te bendecimos por los que has enviado en el poder del Espíritu Santo a predicar el evangelio a todas las naciones. Te damos gracias porque en todas partes del mundo se ha reunido una comunidad de amor por medio de sus oraciones y labores, y porque en todo lugar tus siervos invocan tu Santo Nombre. Oh Senor, tuyo es el Reino, el poder y la gloria por siempre jamás.
Amén