Con tremendas cosas nos responderas tù en justicia,
Oh Dios de nuestra salvaciòn, Esperanza de todos los tèrminos de la tierra, Y de los màs remotos confines del mar,
Tù, el que afirma los montes con su poder, Ceñido de Valentìa;
El que sociega el estruendo de los mares, el estruendo de sus ondas, y el alboroto de las naciones.
Por tanto, los habitantes de los fines de la tierra temen de tus maravillas. Tu haces alegrar las salidas de la mañana y de la tarde.
Salmo 65:5-8