Oremos:
Oh Senor Jesucristo, por nosotros te hiciste pobre para enriquecernos con tu pobreza: Guía y santifica te suplicamos, a aquellos que has llamado a seguirte bajo los botos de pobreza, castidad y obediencia: A fín de que por su oración y servicio enriquezcan tu iglesia y, por su vida y adoración, glorifiquen tu Nombre; tú que reinas con el Padre y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre. Amén.