Dirígenos, oh Senor, en todas nuestras acciones, con tu benignisimo favor, y auxilianos con tu continua ayuda; para que en todas nuestras obras comenzadas, continuadas y terminadas en tí, glorifiquemos tu Santo Nombre y, finalmente, por tu misericordia, obtengamos la vida eterna: Por Jesucristo nuestro Senor.
Amén