Oficina Diocesana
sábado, 26 de abril de 2008
Dando las bienvenida al Obispo
Has cambiado mi lamento en baile; me quitaste la ropa áspera y me vestiste de alegría. Por tanto a ti cantaré , gloria mia, y no estaré callado. Jehova Dios mío, ¡te alabaré para siempre!
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