lunes, 31 de marzo de 2008
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viernes, 21 de marzo de 2008
Oremos por la buena tierra que nuestro Señor prometio.....
Guardaràs, pues, los mandamientos de Jehovà, tu Dios, andando en su camino y temièndolo.
Porque Jehovà tu Dios, te introduce en la buena tierra, tierra de arroyos, de aguas, de fuentes y de manantiales, que brotan en vegas y montes; Tierra de trigo y cebada, de vides, higueras y granados; Tierra de olivos, de aceite y de miel; Tierra en la cual no comeràs el pan con escasez, y dònde no te faltarà nada; Tierra cuyas piedras son de hierro y de cuyos montes sacaràs cobre. Allì comeràs y te saciaràs, y bendeciràs a Jehovà, tu Dios,por la buena tierra que te habrà dado.
Deuteronomio 8: 6-10
Deuteronomio 8: 6-10
lunes, 17 de marzo de 2008
Inicio de la Semana Santa en Misión La Ascención
Mateo 21:1-11
La entrada a jerusalén señala el inicio de la Pasión de nuestro Señor Jesús. Fue un día de gloria y exáltación a Jesús y un reconociemineto de su reinado y señorío. Sin embargo la gente no logrócomprender la misión de Jesús, ellos esperaban una liberación política terrenal , pero Jesús vino a traernos la liberación del pecado y del mal. Pronto este pueblo que alababa a su Mesías cambió de opinión y pidió a gritos ¡crucifiquenle!
Esta actitud es similar a la actitud que muchas veces tenemos nosotros con Jesús, le honramos y le adoramos mientras tenemos la expectativa que El nos podrá ayudar o aliviar en algunas de nuestras necesidades. Pero cuando dicha ayuda no viene o llega de forma distinta a lo esperado. fácilmente le damos la espalda, y nos llenamos de quejas y reclamos. Esta es la condición del ser humano, somos infieles, inconstantes, egoístas, pero Dios no es así. Él es fiel, busca nuestro bien a pesar de que nosotros le damos la espalda y nos revelamos.
En estos santos días de semana Santa, meditemos profundamente en el amor infinito de Jesús, que se ofreció y dió su vida para rescatarnos del pecado, Jesús fue a la muerte voluntariamente, como un cordero al matadero, lo hizo por amor. Nosotros no mereciamos ese amor pero a pesar de ello, Jesús decidió amarnos y proveer redención para nuestras almas.
¿Qué nos toca hacer a nosotros? extender nuestras manos hacia ÉL con humildad y arrepentimiento y entregarle nuestra vida, para de esa manera podamos recibir su bendición y eterna salvación.
Fuente: Programa dominical - Misión la Ascención
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